sábado, 10 de enero de 2009


El mundo entero ha iniciado el año 2009 siendo testigo de la barbarie de las fuerzas israelitas en Gaza, que a pesar del rechazo mayoritario de la humanidad, sigue adelante e incrementa su accionar bélico cada día, podríamos decir que es solo parte de lo que ya conocemos, que es una mas de las brutales agresiones a las que nos tiene acostumbrados el imperio, pero la conciencia de todos los pueblos solo puede desembocar en la solidaridad con el pueblo Palestino y en la mas enérgica condena, en definitiva es lo que ha ocurrido en la mayoría de los casos, expresado en grandes manifestaciones de repudio al genocidio que se lleva a cabo.

Respecto de este tema debemos ser muy cuidadosos, tenemos el deber como organización revolucionaria de pronunciarnos claramente en contra de esta agresión, pero este pronunciamiento debe ser constante y consecuente y por sobre todo claro, nuestra militancia debe apegarse a un análisis serio de la situación y evitar caer en desatinos como los vistos por miles en distintos espacios virtuales, es penoso ver o escuchar opiniones en donde sale a relucir un fascismo solapado que solo nubla el escenario ya que tiende a confundir a mucha gente, expresiones como “ a hitler le falto matar judíos”, o “los alemanes debieron meter mas judíos al horno”, no son precisamente el resultado de una visión revolucionaria y mas bien muestran las enormes falencias ideológicas de algunos “revolucionarios” que con entusiasmo y energía desbordante muestran rasgos de racismo inaceptables sobre todo cuando a estas alturas de la historia queda claro que las razas no existen, esta agresión no es de un pueblo contra otro, esta agresión es de un gobierno asociado del imperialismo contra un pueblo que lucha por su liberación. El problema de Gaza, Irak, Afganistán etc... Es evidentemente de carácter político y por lo tanto amerita seriedad en el análisis, en este sentido es motivo de orgullo la actitud del gobierno Bolivariano de Venezuela de expulsar al embajador israelí y es consecuencia del vigoroso proceso revolucionario que este país lleva adelante, pero ojo, hay algunos acá que creen que el camino es exigir que el gobierno Chileno haga lo mismo e inician sendas campañas por distintos medios en relación a esto, pero, ¿es eso lo que tenemos que hacer? Sentarnos frente al computador y exigir la expulsión, ¿es el gobierno de Chile homologable o siquiera comparable al de Venezuela? No claramente no, por lo tanto es imprescindible tomar acción y asumir por que y para que es nuestra lucha.

En el escenario actual, esta clara la enorme crisis que vive el neoliberalismo impuesto a sangre y fuego en nuestro continente, no pretendemos ser catastrofistas y menos vaticinar el pronto derrumbe de este, debemos comprender que el capitalismo y cualquiera de sus modelos, tiene gran habilidad de ajustarse, así surgen entre ellos un nuevo keynesismo como solución, pero sin embargo no se puede ignorar su descomposición reflejada en la indesmentible incapacidad de solucionar los graves problemas económicos, sociales y políticos de los pueblos y si asegurar que los profundiza excluyendo a enormes sectores condenándolos a la miseria absoluta, esta fundamental evidencia nos demuestra que el derrotismo surgido entre las izquierdas en la década de los 90 que llevo a no pocos a convencerse de patrañas como el “fin de la historia y las ideologías”, la muerte del socialismo pregonada a voz en cuello, está hoy desmentido y ese claro mentís no proviene de simples devaneos de intelectuales dados al oráculo sino de los avance materiales de la revolución, está el proceso revolucionario de Bolivia con sus enormes problemas y desafíos pero está, Nicaragua y el sandinismo reconstruyéndose si bien como apuesta política audaz de unidad, a logrado dar avances significativos en toda el área, está Ecuador que desde su dignidad y diversidad nos entrega un valeroso ejemplo multiétnico y multicultural, está Venezuela y su revolución bolivariana que se desparrama en nuestra América y que a través de su presidente nos señala que no hay solución en el sistema actual y que hay que mirar hacia el socialismo y por supuesto esta Cuba y su heroica resistencia que es la luz que nos muestra el camino pese a que muchos se frotan las manos hace 50 años anunciando su caída.

Con la idea de avanzar tras la derrota del socialismo real, surgen con claridad los mejores elementos en lo humano con los que cuenta la revolución, pero también los peores, esto se expresa en algunas voces que instan al abandono y la aceptación de terceras vías que proponen realizar cambios al sistema desde adentro sobrevalorando la vía electoral como instancia y método único de acumulación discurseando a favor de la unidad mas amplia para maquillar el sistema, para “humanizarlo”, plantean que la contradicción vital es hoy entre neoliberalismo o democracia y se ponen serios y graves para decirnos una y otra vez que es un error proponer o siquiera mencionar el socialismo, que hay que esperar, que primero hay que terminar con la “exclusión”, esa terrible e injusta exclusión que les impide participar de la gran repartija, compañeros hay que ser categóricos y decirlo con todas sus letras ese es el viejo y conocido reformismo, si es cierto debemos trabajar por la unidad mas amplia…, si, que sea anti neoliberal y anti imperialista, pero que se transforme en anti capitalista, que acumule a favor de la construcción del socialismo y de la clase trabajadora, no se puede hacer primero pequeños cambios, sería volver al etapismo clásico que condujo al fracaso a tantos pueblos, nuestra misión debe ser radical en la eliminación del capitalismo en cualquiera de sus formas, construyendo un poder popular como sostén irrefrenable del socialismo.

Todas nuestras ideas, todos nuestros pensamientos e interpretaciones, todos nuestros análisis, todos nuestros estudios, todas nuestras experiencias de base, de trabajo de masas, de relaciones políticas deben aportar a la elaboración constante de nuestra línea, ya que esta no puede ser estática, por el contrario nuestros mejores esfuerzos deben estar destinados a la creatividad, a como enfrentar de nuevas formas los distintos escenarios, sin duda es esta una enorme y difícil tarea, es difícil no caer en la tentación del facilismo, en preferir que otros piensen por nosotros, hay compañeros que plantean que ellos no son o no están para discusiones políticas sino para la acción, hay que señalar que la practica revolucionaria es imposible sin la teoría, puesto que esta no es cualquier practica y requiere de fundamentos sólidos y eso no es otra cosa que la teoría revolucionaria, no solamente la que encontramos en textos sino por sobre todo la que seamos capaces de elaborar nosotros, la discusión es fundamental pero mas fundamental es la mas amplia participación en esta discusión y sobre todo la capacidad de llevarla a cabo y facilitarla. Ahora claro, es necesario preguntarse sobre que discutir y para que, cuando y como hacerlo y en el fondo la discusión en lo fundamental transita por definir como es el socialismo que necesitamos para nuestro país que ciertamente esta inmerso en una realidad geopolítica, cuales son la mejores maneras de comenzar a construir el poder popular que nos planteamos, pues muchas veces el discurso es el mismo pero se entiende de diversas maneras, lo que no es malo totalmente pero es necesario aunar criterios al respecto, ponernos de acuerdo en que decimos y a que nos referimos cuando como dirección planteamos autonomía táctica, a que apuntamos cuando nos proponemos intervenir en política de una forma distinta a la tradicional, por que tenemos la estructura que tenemos y si nos sirve tal como esta, si necesitamos crecer y como hacerlo, de que manera, para que, en fin que nuestro accionar sea consecuencia de nuestra elaboración y esta del análisis, del mejor análisis que seamos capaces de hacer y eso solo lo asegura la participación de todos nosotros.

Manuel Cabalga

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